Cal y arena.

La idea equivocada de que dar y recibir son representados por el mismo porcentaje. El miedo a perder lo que se tiene; arriesgarse a perderlo. Miedo que, por lo visto, sólo yo siento. Las sonrisas, quebradas, y recreadas posteriormente. Montaña rusa. El desconcierto se apodera, por lograr llegar a la cima para que te obliguen a descender de nuevo. Hoy blanco, mañana negro. Pasado, blanco de nuevo. Demasiado desequilibrio, o tal vez la falta de costumbre. Sin motivo, se reciben repentinamente pequeños golpes que, a pesar de tus intentos por entender, no llegas a comprender. Sentir que no tienes mucho más que ofrecer, que no volverás a sorprender, cuando deduces que te dan por sentado, que te toman por garantizado.