miércoles, 28 de noviembre de 2012

Hay días...

... en que parece que todo te sale mal.

Pero también días en los que sucede todo lo contrario.

domingo, 25 de noviembre de 2012

About 6:00 a.m.

Dicen que cuando realizas algo 21 veces con cierta frecuencia, se convierte en un hábito, fácil de incorporar a tu rutina diaria. Entonces, ¿qué ocurre cuando amas durante 21 segundos? ¿21 días? ¿Y cuando lo haces a lo largo de más de 21 meses?

Más que hábito, más que rutina, es una vida.

¡Inciso! Qué grandioso es ver a la otra persona sonreír. Casi es lo único que importa, ¿no os parece?

Cada poco, la mente se ve sorprendida, dulcemente interrumpida por su recuerdo. Qué divertido es.

Aparecen, casi siempre, las opiniones que él tiene sobre un tema. Sonríes pensando en la cantidad de argumentos que ese pequeño geniecillo podría ofrecer en la conversación en cuestión. Si estuviera aquí... no dejaba títere con cabeza. Y ríes. Ríes porque es una propiedad suya, tan característica, que no es digna sino de simpatía.

Más de 21 meses. Más que un hábito.

En otros entornos, eres rara. Pero en tu ambiente más cercano, la rara no lo es.

And that's life: Finding people who fit you, no matter how strange your vision of the world is.

viernes, 23 de noviembre de 2012

La voz de Led Zeppelin ft. Alison Krauss.

Una canción preciosa para un día, por una razón, precioso.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi amor, los viajes: Éire.

Apretaba el botón de parada en cuanto divisaba Trinity College.
- ¡Rápido! ¡Ahí está Molly Malone! (Solía pensar).
Entonces, me apresuraba a bajar al piso de abajo del autobús, siempre teniendo cuidado de la frenada para evitar caídas. Se veían unas cuantas últimamente. Y más aún si llovía. Suelas mojadas.
Si el conductor había sido amable al recogerme en Cabinteely, entonces me despedía del mismo modo:
- Thanks! Have a nice day! 

Y de repente, pisaba el suelo de Nassau Street logrando tomar una gran bocanada de aire. Eso era amor.

Inmediatamente me fusionaba con las masas de personas que, lejos de resultarme molestas, me agradaban. Ya sabes, una capital... debería despertar mi habitual rechazo. Pero no. En este caso no.

Me sentía una más. Porque el suelo, el sonido, el ambiente... me resultaban tan familiares... Como si en otra vida hubiese pertenecido a aquella parte del mundo.

Ahí estaba Molly, siempre atractiva, impecable ante el paso del tiempo. Y como siempre, oleadas de turistas peleaban por fotografiarse a su lado. Incluso después de muerta todos te ansían, Molly Malone.

Poco después, me adentraba en Temple Bar como si una fuerza inevitable guiase mi cuerpo a través de las calles de suelo empedrado. 

Empezaba a intuirse la música tímidamente, el bullicio de la juventud, los vasos de cerveza brindando. Definitivamente debía encontrarme cerca de aquel paraíso, para muchos invisible, infravalorado. ¿Acaso nadie sentía lo que yo sentía? Me veía envuelta en una constelación de ensueño, cuyo final... deseaba fuera inexistente.

No existía un rincón sin música. Un músico sin producir asombro.
Cada vez que paseaba por esa minúscula zona dentro de un planeta tan inmenso, me sentía invencible. Podía flotar. Que jamás volviera a amanecer. Que jamás dejasen de tocar. Y el entorno, y la gente riendo, y mi fascinación... Carezco de palabras para explicar la sensación tan feliz irrumpiendo en mis venas y que hoy provoca suspiros de melancolía.

Pero, como venía siendo habitual, la sonrisa, la felicidad, no podía ser completa. Faltaba una presencia. Sobraba una ausencia. Y ese es el único aspecto que hubiese podido perfeccionar aquello que parecía inmejorable.

De repente suena esto en mi pequeña radio y, aunque nunca he sido fan, me recuerda tanto a esta vivencia estival que... doy gracias a la vida por seguir aquí y tener la suerte de haber podido conocer tantos lugares especiales a mis veintidós años de edad.

lunes, 19 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

Bingo.




Tan sólo quería verte reír bajo la lluvia morada.


martes, 13 de noviembre de 2012


lunes, 12 de noviembre de 2012

A partir de ahora.

"La rigidez es la enemiga del crecimiento. Haz lo que siempre has hecho y obtendrás lo que siempre has obtenido." (S. Hayes)

"Locura es hacer una misma cosa una y otra vez esperando obtener distintos resultados." (Albert Einstein)

Cada uno elige lo que quiere. Si quiere cambiar... el qué, para qué, por qué... y cuándo.

Porque no crecer, no desarrollarse personalmente no implica "quedarse igual", sino encoger.

La motivación no se encuentra en los intereses, sino en lo que de verdad es importante para uno mismo.

A partir de ahí surgen ciertas preguntas sobre las que reflexionar:
¿Qué facetas de tu vida son importantes para ti?
¿Por qué son importantes?
¿Qué tal estás haciendo las cosas respecto a estas facetas?
¿Cuánto tiempo llevas haciendo las cosas así? ¿Te está funcionando?


En este desarrollo personal, el compromiso juega un gran papel. Y el compromiso no se trata de ser perfecto y no salirte jamás de tu camino. Sino que se trata de que si inevitablemente tropiezas o te sales del camino, te levantarás, te orientarás, y seguirás adelante en la dirección en la que quieres ir. Nunca puedes saber de antemano si conseguirás tus objetivos, ya que no tienes control sobre el futuro. Pero lo que sí puedes hacer es seguir avanzando en la dirección que valoras, y volver al camino si te sales de él.

"La vida es como montar en bicicleta, si quieres mantener el equilibrio, no puedes parar." (Albert Einstein)

Si tu vida no es como quisieras que fuese, la única cosa sensata es llevar a cabo acciones para cambiarla.

Viento de cambio.

sábado, 10 de noviembre de 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

...

I have a problem that I cannot explain, I have no reason why it should have been so plain. Have no questions but I sure have excuse, I lack the reason why I should be so confused,

I know how I feel when I'm around you.
I don't know how I feel when I'm around you.

Around you...




martes, 6 de noviembre de 2012

Cool =)

¡El poder de Jimi!

De mí.

Para ti.



"Despite its solid appearance, glass reaches a melting point. You and I used to be that stone."

lunes, 5 de noviembre de 2012

I think I need a little help this time.

Somehow, I want to mix some happiness with a little bit of strength, put it all in a box, and give it to you.

Can't we make each other happy anymore?

Even if your future doesn't include me, I want it to be superb.

Because I found myself lost into a world I didn't belong, surrounded by people I didn't care about. Surrounded by false and unexistent feelings. Superficiality. And suddenly you appeared to give me something new. You gave me illusions and hope. You made me believe in things I thought that were unreal.

How lovely it would be to turn into those young folks who couldn't help falling in love with each other. I found absolutely impossible to walk away from you. I was willing to stick with you forever. I wish I were able to turn back time and try to make this stuff work.
But I can't.

So what are we supposed to do now? Anybody knows?
Can we make it alone? Do we need some external help?

****

As the sun rises, my body wakes up slowly. Easy to do.
The most difficult thing comes in that awful moment when my mind starts working.
That's it. The pain comes to say good morning and spoil my day.
And there's no way to change it. Restless thing.
The clouds are there, even in the sunny days.

And that's all.

domingo, 4 de noviembre de 2012

"Siempre son las dificultades del tamaño de los intentos."



"La vida es muy corta y no hay tiempo para quejarse o pelearse, amigo mío. Siempre he pensado que eso es un crimen, así que te lo pediré una vez más. Podemos arreglarlo, nosotros podemos arreglarlo."

jueves, 1 de noviembre de 2012

La ayuda hecha poeta.

Esa compañía madura nunca dejaba de ser agradable para Linda Greenfield.

Aunque acudía a aquel lugar con poca frecuencia, siempre solía encontrarse con el encantador hombre, unos cuarenta años mayor que ella. Mucho tiempo escribiendo poesía, una voz cálida. Un físico atractivo, en cualquier caso. En su juventud, tenía fama de conquistador. Su experiencia aportaba confianza. Era un hombre bastante paternal, pero trataba a Linda como a una mujer, y no como a una niña.

En aquella mañana, debido a la multitud de personas que en dicho lugar se hallaban, no les fue posible entablar una conversación tan larga y profunda como acostumbraban. Pero Linda se llevó esa dulzura, esa conexión inevitable que había nacido de un pésimo momento personal. Entre toda la oscuridad, las palabras de aquel caballero habían logrado resucitar algo insólito en Linda.

Y a partir de aquella primera tarde, cada encuentro casual suponía aprendizaje. Él era capaz de introducirse en el cerebro o el corazón de Linda y pensar o sentir del mismo modo. Empatía. Entonces elaboraba soluciones, corregía actitudes, y sugería cambios.

Para terminar, inyectaba en ella una dosis de autoestima, junto con alguna frase de aliento y valor.

No era de extrañar que Linda volviese a su casa con un espíritu renovado, mientras sonreía al recordar el trato que siempre recibía por parte del poeta, hombre terriblemente interesante, con dos cánceres a sus espaldas. Se alegraba de que la vida le hubiese dado a él varias oportunidades de continuar.

Y desde entonces, en ese pequeño rincón del mundo, Linda Greenfield esboza una sonrisa cuando le ve aparecer, consciente de que se dispone a recibir un agrado recíproco, una lección de vida, y unos minutos u horas de energía positiva, muy parecida a lo que conocemos por felicidad.