Nieva afuera.
El silencio que inunda el campo provoca nuestras sonrisas,
mientras la lumbre, en el salón, nos regala su calor.
Bajo las mantas, tu piel suave y perfumada me absorbe.
Nada existe en ese instante.
No hay ruido.
No hay más vidas.
Nuestro hogar. Nuestro propio rincón en el mundo.
Cancelo la percepción del entorno para centrarme en ti.
En cómo nos acariciamos, en tu respiración.
Sigue nevando, hace frío allí, afuera. Tras las ventanas grandes.
No llega el momento de separarnos.
No hay responsabilidades.
No hay prisa.
No hay nada pendiente.
Sólo ese momento y el pelo dorado.
Tranquilidad. Paz. Silencio..................... Magia.
Y sobretodo... soledad.
Lo nuestro. Nuestro rincón.
Solos tú y yo.
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