No se pueden ignorar los instintos. En 24 años ya sabes lo que te mueve por dentro, lo que te hace prender de pasión y lo que no. Lo que te da felicidad, y lo que no. No se puede vivir una vida que otros han escogido por ti. Tienes que decidir tú mismo. Y planear qué quieres y cómo lo vas a conseguir. Progresar, luchar, y lograr. Y cuando hayas llegado a tu meta, tarde o temprano, podrás volver atrás y mostrarles a todos que lo has conseguido, que no era tan disparatado, que ahora, por fin, sí eres feliz. Porque escogiste lo que te hacía sentir vivo, y no la estabilidad, que se supone que es lo correcto. Corríjanme si me equivoco, pero, ¿acaso es lo estable más atractivo que lo arriesgado?
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