martes, 17 de mayo de 2011

"No puedo soportar tu mirada".

- ¿Por qué?
- Es increíblemente atractiva.

Los ojos se clavaban, dos a dos, como lanzas ardientes y frías, contraste. En ocasiones las miradas se desviaban hacia la boca y volvían a ascender con el objetivo de no otorgar protagonismo al atrevimiento y la pasión. La conversación contenía información profunda y adictiva, completamente inesperada, parecía incluso planificada. No era imaginable compartir tantos intereses. Entonces es cuando vi en ella la expresión de necesitar huir, de susto, de no querer comprometerse a acabar con la espontaneidad que había protagonizado aquel diálogo magnífico. Con su habitual suavidad, dulzura y sonrisa, se despidió.

- ¿De verdad quieres volver a verme? -dijo él.
- Sin planificar. Todo sin planificar.

lunes, 9 de mayo de 2011

Hace tiempo me compraron un globo. Colorido. Uno de esos aparentemente llenos de helio, que se deshinchan al día siguiente. El cordón que había que sostener para no perderlo era extremadamente fino. Me aconsejaron atarlo a mi muñeca para asegurarlo. No lo hice. No pensaba perderlo, o no me importaba no conservarlo. Y pasó. Solté mi globo y lo vi alejarse poco a poco. No me angustió, al fin y al cabo, había sido mi culpa.
Recordé esto hace unas horas. Tengo un globo nuevo impregnado de helio, del que dura, del que no se deshincha. Debo asegurarme, me he aconsejado, de atar su cordón a mi muñeca. Porque no, no puedo permitirme dejar escapar éste. La pérdida sería un drama. Es por ello que anudaré y anudaré hasta que no haya posibilidad de verlo perderse, a lo lejos, sin echar la vista atrás.

viernes, 6 de mayo de 2011


En una mano, años consumidos e irrecuperables. En la otra, cantidad de misterios por resolver.

No sé tú, pero yo no puedo esperar a descifrar. A empezar.


miércoles, 4 de mayo de 2011

Querida fuerza:

Quiero agradecerte cada momento en que impides que caiga y me conduces firme hacia cualesquiera que sean los sucesos que me deparan. Pero te necesito siempre aquí. ¿Sabes a qué me refiero? Durante algunos segundos me abandonas, después regresas y te interrogo. Nunca te ha gustado rememorar tus ausencias, y entonces bajo la mirada. No dices nada. Volvemos a darnos la mano. Siempre estás aquí, casi siempre. Pero no logro encontrar sustituto cuando decides irte. Se desploman mis torres, se destruyen mis cimientos. Y, sin previo aviso, vuelves recargada, vuelves a construir. Y me encuentro atónita ante tales múltiples cambios. A pesar de ello, he desarrollado cierto cariño hacia ti. Estás creciendo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Desirée.

Que tiemblen las copas y los altavoces, que choquen los hielos contra el cristal. Si los pies no pueden permanecer quietos, si las mentes se evaden, si los ojos se cierran y los oídos se abren dejando paso al sonido y a la vida, entonces, y sólo entonces, esta existencia habrá sido lo que siempre debió ser.