lunes, 15 de febrero de 2010

Frío de espectáculo.

Rainbow, - así es como la llamaban-, era una de esas jóvenes promesas que finalmente, por un motivo u otro, terminaría viviendo en un mundo onírico irreal, desechando lo material, apostando por las ambigüedades, el misterio y la investigación. Una de sus manías era tratar de descubrir el interior de los que le rodeaban a través de los gestos o del brillo de los ojos. Pura observación. No siempre lo conseguía con precisión, pero le fascinaba crear hipótesis.
En Febrero de 1977, en una fría pero espectacular noche, sintió poder acariciar el cielo. Un cielo efímero y momentáneo, fugaz y casual. Tan sólo a través de una cadena de besos. Aparente simpleza, grandeza en realidad. Y ese perfume. Esa delicia. Le bastaba, a veces, con cerrar los ojos y utilizar únicamente el sentido del olfato para poner en marcha la imaginación. Nada más era necesario. Sus manos sentían, tocaban, otras. La confianza no era especialmente abundante, pero no era algo que a Rainbow le preocupase en demasía. Eliminaba temores e inseguridades de su mente en esa noche. Fría pero espectacular. Unía sus labios con otros. Otros que eran fuente de su ocasional inspiración, causantes de unos esporádicos escalofríos, cuanto menos.
Cuanto más consciente era de lo perjudicial de todo aquello, menos procuraba pensar. O quizás fuese obra de esos besos la ausencia de razonamiento. Nada importaba. Sólo el olor, el tacto, la suavidad y la cercanía. Nunca dos centímetros parecieron tan eternos. Nunca nadie había logrado causar tal vulnerabilidad en ella. Intranquilidad cuando él estaba
fuera de vista.
Y sintió, como solía ocurrirle desde hacía un tiempo, querer congelar el momento, consiguiendo hacer de un segundo un lapso infinito, un obligado estado permanente, una costumbre y una rutina. Un verso, el mejor jamás creado. Sintió tantas cosas en ese instante, con tanta incorrecta intensidad, que no pudo evitar narrarlo. No era capaz de pensar en otra cosa que no fuese esa fría, espectacular noche.

10 comentarios:

  1. Hay que joderse contigo... los escritos abstractos y/o profundos se te dan bien. muy bien,pero nada como el relato. qué máquina yai. ha quedado increible. a ver si te vuelve esa antigua inspiracion porque ya se echaban de menos cosas como esta. no dejes de hacerlo,busca siempre algo que te pueda motivar. brillante,creeme.

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  2. Muchas gracias,aunque hay mucho que mejorar.
    Y sí,la inspiración,ya hacía tiempo que nanai.
    A ver si ahora vuelve un poquito.

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  3. Estoy de acuerdo.
    sabes que siempre me ha impactado cómo escribes, porque no son palabras, son sentimientos que llegan al corazón.

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  4. Inspiración, divino tesoro =)
    Sitúas genial las escenas y los personajes, y como siempre me identifico plenamente con lo que escribes.
    Un abrazo!

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  5. Ojalá los labios de "Rainbow" volviesen a unirse con los míos... Nunca al abrir los ojos tras un beso he vuelto a ver semejante preciosidad.

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  6. Gesto: [Ñasss,ca] (Se aconseja crear hipótesis).
    En 1977 hacía frío de verdad....

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  7. oye y qué entiendes por noche espectacular y cielo casual? poner muchos adjetivos a las palabras no hace que un texto sea mejor.

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  8. Por noche espectacular,entiendo noche espectacular. La interpretación que quieran darle quienes lo lean,ya no depende de mí.
    Cielo casual sería algo así como un placer inesperado.

    Utilizo muchos adjetivos porque me gusta concretar. Ya me habían dado consejos anteriormente sobre no pasarme con los adjetivos (probablemente fueras tú),pero es que es así como me gusta y es así como escribo.
    Gracias por la crítica.

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