Dos caras. La espectacular y la aterradora.
A pesar del miedo, imagino que el riesgo quiere siempre cobrar protagonismo en la sucesión de los hechos. Hay temor, no lo niego, es más... Diría que impera cada reducto de mi pensamiento y cada fragmento de mi imaginación. Pero no es nada si lo comparo con la dirección que ha tomado el viento. Va siempre hacia adelante, sin retorno.
No es nada si valoro los porcentajes positivos contra los negativos.
No es nada si comparo las sonrisas que me causa con los momentos de terror.
No es nada... si recuerdo los recuerdos y todo va a mejor.
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