Me adapto a lo convencional para facilitar mi existencia.
Mientras, en mi interior, sólo late el corazón cuando vive algo surrealista.
Experiencias que no pertenecen a este mundo en el que me he sumergido y al que no pertenezco.
De los dos caminos, he ido a escoger el fácil.
Me miro al espejo intentando reconocerme, engañándome, fingiendo que mi "yo" actual es fruto de la justa evolución que estaba destinada a tener.
Pero vuelve mi esencia a recordarme que de eso nada.
Y entonces todo cuanto me he creído se vuelve en mi contra.
¡Seré tonta...!
Ahora ya comprendo el vacío emocional, que más que vacío es un aburrimiento insoportable. Qué interior más frío, qué imposible es removerme por dentro.